Érase una vez una casa dejada de la mano de Dios, que estaba abandonada, debido a que algo le había pasado a sus propietarios. ¿Queréis saber qué ocurrió de verdad? Pues ocurrió esto:
Era una bonita mañana de primavera, los pájaros cantaban, el arroyo bajaba por la montaña, un sol en el cielo, le daba ese toque especial al día.
La casa estaba un poco rara, parecía que tenía vida propia, las paredes se movían, las puertas se agitaban solas… los propietarios estaban muy preocupados, fueron a salir a la calle a pedir ayuda, de repente la casa cerró la entrada principal, estaban atrapados. Iban de un lado a otro, hacia arriba y abajo, pero inútilmente. Lo único que encontraron fueron cosas espeluznantes, esqueletos, familias muertas, personas con las tripas fueras, pero que seguían vivas… todo era aterrador, y es que la casa no es que pareciera que estaba viva, estaba viva, y es que en su construcción, le cayó un ladrillo en la cabeza a una chica que pasaba, entonces el alma de la chica quedó guardada en la casa y juró que mataría a cualquier persona que pisara esta casa.
Una vocecilla resonó en la vivienda, contándoles la historia que os acaba de contar, y les dijo que les daba una tregua, los inquilinos tranquilizados, fueron a la puerta principal, pensando que les dejaría salir, y así fue, pero nada más salir… la casa abrió una enorme boca engullendo a la pobre pareja.
Parecía que no había pasado nada, y nadie nunca supo la verdad.
Historia de GONZALO FERNÁNDEZ